Los créditos personales son atractivas oportunidades financieras que puedes tomar para adquirir un bien de valor, invertir o realizar otras acciones positivas para tu futuro.
Si tienes en mente tomar uno pero no has dado el paso porque consideras que no estás suficientemente informado sobre ellos, ¡estás en el lugar indicado!
En las próximas líneas te explicaré los aspectos más importantes sobre ellos.
Es una operación en la cual una entidad financiera presta una determinada cantidad de dinero a una persona, quien deberá devolverla acompañada de intereses.
Desde el punto de vista financiero y legal, en los créditos personales hay dos actores principales involucrados: el acreedor y el deudor.
El acreedor es el banco o institución que presta el dinero. Incluso, pueden ser personas morales o físicas con las que tienes la posibilidad de llegar a acuerdos privados o formales.
Al buscar un acreedor, lo más recomendable es que sea una institución financiera especializada que cumpla con todos los parámetros legales establecidos por el Estado y la legislación.
En concreto, el deudor es quien recibe una determinada cantidad de dinero y debe pagarla con intereses. Por tanto, en caso de que solicites y obtengas un crédito personal, el deudor serás tú.
Lógicamente, como su nombre lo refleja (crédito personal), no están destinados a personas morales, por lo cual estas no pueden solicitarlos.
Una de las principales características de los créditos personales es que los deudores responden con sus bienes actuales y futuros, sin tener que acreditar garantías adicionales, como la hipotecaria, por ejemplo.
Debido a que el riesgo de pago es más elevado por parte del deudor, ya que no se hipotecan bienes, el importe (monto a prestar) de estos créditos no suele ser demasiado elevado.
Otra característica es que, al no exigir mayores garantías, su tramitación suele ser ágil.
En cuanto al destino del dinero, los bancos y otras instituciones suelen otorgarlos para adquisición de bienes de consumo o servicios.
Pueden ser otorgados por muchos actores del mercado. Esto se debe a que el trato directo con los deudores y la alta demanda resultan atractivos para los acreedores.
Además, como ya mencionamos, aunque los importes no son muy elevados, bien te pueden servir para adquirir bienes de valor o hacer inversiones.
Entonces, al hablar de quienes otorgan créditos personales, tenemos en primer lugar a la banca, también prestamistas independientes, instituciones financieras e incluso empresas privadas de diferentes giros.
Recuerda: mientras más transparente, reconocida, especializada y profesional sea la organización a la que acudas, ¡mejor!
Si bien los créditos personales son flexibles, cada institución establece parámetros concretos para definir a quiénes se los otorgan.
El primer objetivo de análisis es el historial crediticio, por lo cual te podrían solicitar balances de tarjetas de créditos y el historial de financiamientos que hayas pagado.
Sin embargo, esto no es del todo limitante, pues existen instituciones que otorgan créditos aunque el historial de la persona no sea del todo bueno.
En esos casos, puede que los montos del importe sean más bajos de lo normal y las tasas de intereses sean más elevadas.
Otro aspecto clave a analizar es el patrimonio: el acreedor evaluará el mismo para determinar tu capacidad de pago y de respuesta.
Tener bienes de valor, como un vehículo o una casa, ayuda mucho a la hora de solicitar estos créditos.
Por último, y no menos importante, para determinar tu capacidad de pago, el banco o cualquier organización te exigirá una carta de trabajo, los datos de tu empresa (en caso de que seas un emprendedor) o un certificado de ingresos que avale que realizas una actividad económica dentro de territorio nacional.
Tomar un crédito personal será un gran paso que puede contribuir con el crecimiento financiero de tu familia, siempre y cuando elijas una alternativa segura y beneficiosa.
Antes de aceptar uno, analiza muy bien sus diferentes variables, preferiblemente con la ayuda de un profesional en finanzas.
Entre los aspectos de un crédito personal que debes analizar muy bien, están:
No es más que el precio que te cobrará el banco u otra institución por prestarte el dinero que solicitas.
En México, las tasas de interés de los créditos personales oscilan entre el 23 y el 27 %, de acuerdo a elfinanciero.com.mx.
Si bien una menor tasa de interés hace más atractiva una alternativa de crédito, eso no significa que necesariamente sea la más barata.
¡Ya verás por qué!
Este aspecto es clave para analizar el costo real de los créditos personales.
Y es que un crédito puede tener un tipo de interés relativamente bajo, pero al cobrar elevadas comisiones por otros conceptos, el costo del mismo se eleva de manera sustancial.
Generalmente las instituciones cobran comisiones por apertura del crédito, la liquidación del mismo y también por los estudios asociados a determinar la capacidad de pago de la persona.
Hace referencia al tiempo límite para devolver el dinero prestado. Mientras menor sea el tiempo, más elevada será la cuota mínima mensual y, con ello, el impacto en tus finanzas.
Sin embargo, eso no quiere decir que siempre es mejor optar por plazos de pago muy extensos, sobre todo si destinarás el crédito para adquirir un artículo o bien que podría finalizar su vida útil en cuestión de meses.
Si bien no son orientados a empresas directamente, es muy positivo que utilices los créditos personales para invertir en cosas que te generen ingresos.
Por ejemplo, si tienes un taller mecánico, estaría excelente que destines el dinero recibido a renovar tus herramientas e incluir equipos que acelerarían los tiempos de trabajo.
También es conveniente utilizarlos para adquirir bienes de valor que incrementarán de manera significativa el presupuesto familiar.
Por otro lado, no es del todo recomendable adquirirlos para costear bodas, celebraciones y viajes.
¡Listo! Ahora sabes lo más importante acerca de los créditos personales. Si estabas pensando en tomar uno, analiza muy bien todos estos puntos y elige la mejor alternativa.
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