La educación financiera se debe enseñar desde temprana edad, para así crear hábitos de ahorro y que los niños cuando crezcan puedan lograr una estabilidad financiera. Conoce algunos consejos para que tus pequeños sean desde ya unos expertos.
Existen ciertas sencillas técnicas que puedes implementar con tus hijos para irles enseñando a entender cómo funciona el dinero.
1.- Ahorrar:
Aún desde pequeños es posible comenzar a fomentar el ahorro, compra una alcancía con su personaje favorito y permite que ahorre dinero que reciba de regalo o monedas que le puedan dar para meter en la alcancía.
Una vez que junte dinero, permite que él mismo elija un objeto para comprarse y deja que realice el pago en la caja. De esta manera entenderá que el dinero solo se puede gastar una vez y que tendrá que volver a llenar su alcancía para comprar algo más. Esta enseñanza también será renunciar a ciertas cosas y solo elegir una para comprar y entender que el dinero debe usarse con cautela.
3.- Pagarles por tareas:
Una vez que son mayores de siete años es posible también se le pague dinero por realizar alguna tarea sencilla como regar las plantas, una tarea extra de las básicas (como ayudar a vestirse, recoger, etc) para que aprendan que el dinero se gana con trabajo. Puede ser una cantidad simbólica pero además de comenzar a inculcar responsabilidad, se sentirán útiles y mejorarán su autoestima.
4.- Dales herramientas:
existen aplicaciones, libros y muchas maneras de que de forma divertida y didáctica los niños aprendan de educación financiera. Prueba Life Hub una aplicación para niños de 6 en adelante que se enfoca en enseñar educación financiera para niños; Saving Spree es otra aplicación para niños a partir de 7 años, y Banquer sirve para niños desde los 3 años.
La educación financiera puede impartirse desde temprana edad, recuerda también que los niños aprenden más por el ejemplo y los hábitos que ven en casa que por las palabras. Por eso, es importante que en el hogar se lleven a cabo también buenos hábitos financieros como el ahorro, no endeudarse con compras innecesarias, etc.