Este año, marcado por una pandemia de alcance global, han sucedido eventos y circunstancias que podrían definirán los trabajos del futuro.
El distanciamiento físico y el confinamiento, como medidas para enfrentar la pandemia, han hecho ver que es posible desarrollar métodos de empleo y desarrollo profesional más digitalizados y flexibles.
Tomando en cuenta esto, a continuación te comparto algunas tendencias que marcarán los trabajos del futuro y las próximas décadas.
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El trabajo remoto se ha consolidado como una forma efectiva y flexible de desarrollar los esquemas laborales que, si se ejerce de forma correcta, no limita la productividad ni la capacidad competitiva.
Las grandes empresas del mundo ya practican esta metodología e, incluso, muchas de estas están pensado en ampliarla y hacerla más común.
Facebook, por ejemplo, planea que el 50 % de su nómina trabaje desde casa para siempre, lo que demuestra que compañías como esta comprende que entraremos en una “nueva normalidad”, en la cual el empleo tradicional y presencial disminuirá de forma gradual.
Incluso, antes del surgimiento del COVID-19 ya existían datos que comprobaban la efectividad de este método de trabajo.
Uno de los estudios, realizado por el Indecopi de Perú, uno de los primeros entes gubernamentales en aplicar el home office en América Latina, determinó que este esquema de trabajo puede aumentar en un 30 % la productividad.
La robótica, las tecnologías de la información y el Internet de las cosas están haciendo que vivamos en un mundo cada vez más automatizado, y las empresas y entornos laborales no escapan de esta realidad.
En la actualidad ya existen fábricas que ensamblan vehículos sin trabajo manual humano, y compañías que recolectan, organizan y clasifican información de todas sus áreas de manera sistemática y en cuestión de segundos, sin intervención de trabajadores.
Esta tendencia no es una amenaza para el talento humano, sino un factor que modificará sus responsabilidades, labores y dinámica de trabajo.
En los próximos años, los trabajadores se centrarán principalmente en la supervisión y el pensamiento estratégico, en vez de realizar tareas de manera manual y en papel.
Las posibilidades de comunicarse a través de videollamadas, chats instantáneos y otros medios, sumados a los datos comprobados de la efectividad del trabajo, puede conllevar una mayor globalización de los mercados laborales.
Este mundo interconectado permitirá que, sin mayores contratiempos, empresas de un país puedan contactar y contratar a profesionales residenciados en el exterior que tengan el perfil ideal para sus vacantes y proyectos corporativos.
Imagina, por ejemplo, laborar para una compañía en Australia sin la necesidad de mudarte de México. Aunque parezca sorprendente, es algo que hoy ya es posible y que en el futuro será mucho más común.
La tecnología de la nube, el big data y otros avances han hecho que los flujos de información mejoren en las empresas.
Gracias a esto, el trabajo colaborativo ha aumentado y es mucho más práctico y viable.
Ya las grandes compañías no son esas típicas organizaciones divididas en departamentos aislados, sino que sus equipos trabajan de manera cohesionada y tienen conocimiento son las labores, funciones y resultados de los otros.
Esta filosofía será absorbida cada vez por más organizaciones, incluso por las de menor tamaño, debido a la democratización y expansión de las tecnologías mencionadas.
En concreto, estas tendencias permiten que diferentes trabajadores, ubicados en distintos lugares, puedan acceder a la misma información en tiempo real y aprovecharla para sumar esfuerzos en busca de un bien común.
Esto va más allá del trabajo a distancia desde casa. Se trata de la posibilidad de laborar en cualquier lugar y en cualquier momento.
Esto es posible gracias a la llamada tecnología de la nube y la capacidad de múltiples dispositivos portátiles, como teléfonos inteligentes y tabletas, de adaptarse a programas y herramientas laborales.
En estos momentos ya es posible utilizar dispositivos como estos para acceder a software de gestión empresarial, herramientas de planificación de tareas y aplicaciones para juntas a distancia, entre otras cosas.
Esto es otra muestra de que los trabajos del futuro apuntan a una mayor flexibilidad, generando autonomía y libertad a los empleados y dejando a un lado los rigurosos horarios y la obligación de permanecer en un solo lugar.
Así como ha crecido el trabajo a distancia, los estudios online han aumentado de manera significativa en los últimos años.
Ya no es necesario acudir diariamente a un campus para obtener un título profesional válido y reconocido por las autoridades, sino que es suficiente ingresar a una plataforma de educación a distancia, que conecta a profesores con alumnos de todo el mundo.
Estos métodos de capacitación también se aplican en el trabajo, y en el futuro cada vez serán más las empresas que aprovecharán la flexibilidad de la educación online para incrementar la capacitación de sus empleados sobre áreas específicas y de interés.
Con tan sólo acceder a Internet y determinadas plataformas, los trabajadores y profesionales pueden desarrollar su formación por medio de cursos intensivos, webinars y otras alternativas de enseñanza prácticas y útiles.
También, de manera independiente, los trabajadores se encontrarán con una mayor oferta de programas de capacitación a distancia, incluso muchos de ellos gratuitos, que otorgan certificaciones que les darán mayor atractivo a sus currículos.
Estas son las tendencias que influenciarán el trabajo el futuro y que ayudarán a modernizar y mejorar los entornos laborales.
Como ves, adquirir competencias digitales y comprender los avances tecnológicos es clave para que los trabajadores puedan adaptarse a los nuevos retos y esquemas.
Por otro lado, así como el empleo es cada vez más digital, lo mismo sucede con los emprendimientos y, de hecho, hoy ya existen diferentes negocios desde casa que permiten generar ingresos de manera flexible y dinámica.
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