Las comidas saludables son el pilar del bienestar integral y general de la familia, desde los más pequeños de la casa hasta los adultos mayores.
Llevar una dieta sana, equilibrada y consciente debe formar parte de las prioridades y valores familiares que necesitas promover constantemente, en especial entre tus hijos.
En esta oportunidad, te mostraremos cuáles son esos hábitos que conviene seguir para disfrutar de una alimentación óptima en casa y, también, qué tipo de platillos puedes preparar.
Si te interesa aprender sobre este tema tan importante, ¡quédate hasta el final!
El buen comer depende de una serie de hábitos y principios claros que están alineados a las necesidades nutricionales del ser humano.
En este sentido, algunos consejos que necesitas seguir son los siguientes:
El desayuno es la primera comida del día, esa que nos da la energía necesaria para afrontar el esfuerzo físico y diferentes retos, labores y responsabilidades.
Dejar a un lado el desayuno —con el fin de controlar o perder peso— es un grave error, pues además de restarnos energía y fuerza física, puede ocasionarnos malestares y daños estomacales.
Tomando en cuenta esto, regálale una rica y nutritiva comida a tu familia cada mañana al empezar el día.
Los huevos, por ejemplo, son un alimento que puedes incluir en el desayuno de forma regular debido a su gran aporte de proteína, vitaminas y minerales.
Los pequeños, especialmente, muchas veces no mastican bien la comida. Incluso, los adultos comenten este error, ya que muchas veces comen apurados para no llegar tarde al trabajo o porque tienen una agenda muy ocupada.
Lo cierto es que aunque se consuman comidas saludables, estas no serán del todo beneficiosas para el organismo si no las disfrutamos con calma y mordemos lo suficiente, pues esto es indispensable para que tengamos una buena digestión y podamos absorber los nutrientes a plenitud.
Eliminar las meriendas de raíz no es necesario ni tampoco dejar a un lado los sabores dulces.
Simplemente, es recomendable sustituir chocolates artificiales y otras golosinas por meriendas que sean saludables —pero a la vez ricas y dulces— como las frutas.
Una manzana o un plátano a mitad de la mañana o de la tarde, por ejemplo, son opciones para una gran merienda para la familia.
Las frituras son enemigas del bienestar familiar: los alimentos preparados de esta forma están asociados a la obesidad, el exceso de grasa abdominal y diferentes problemas metabólicos.
Retirar este tipo de preparación de la dieta o llevarla a un punto prácticamente mínimo es fundamental si el objetivo es comer de manera saludable y prevenir el desarrollo de distintos males y enfermedades.
Un importante porcentaje de nuestro cuerpo está compuesto por agua, lo cual lo convierte en el líquido vital para nuestro organismo.
Además de servir comidas saludables en la mesa del hogar, procura que todos tomen mucha agua: como mínimo, unos 8 vasos diarios.
Si algún miembro de la familia desempeña una actividad que conlleve un gran esfuerzo físico y gasto de energía, la ingesta de este líquido vital debe ser incluso mayor, ya que tomar mucha agua alivia la fatiga, regula la temperatura del cuerpo, mejora el sistema inmunológico, contribuye con la belleza de la piel y favorece la digestión, entre muchos otros beneficios.
Fibra, vitamina, minerales, macronutrientes: los vegetales y las hortalizas son otro pilar importante de una dieta saludable.
Inclúyelas, principalmente, en tus comidas de mediodía y favorece la salud de los seres que más amas.
No solo se trata de hacer ensaladas, también puedes incorporar estos alimentos en guisos y guarniciones que además aportan un excelente sabor a las comidas.
Colorantes, edulcorantes artificiales y otros ingredientes sintéticos y artificiales no son nada positivos para la salud.
Por ejemplo, si un determinado producto dice ser bajo en calorías, pero incluye altos índices de elementos como edulcorantes, conservadores o saborizantes no naturales, simplemente no es positivo ni recomendable.
En cambio, prioriza el consumo de ingredientes y compuestos naturales que realmente entregan nutrientes necesarios para el cuerpo.
Aguacate y aceite de oliva, por ejemplo, son alimentos ricos en grasas buenas —también llamadas insaturadas— que conviene incluir en la dieta de la familia.
Tortas, galletas y diferentes salsas fabricadas industrialmente, en cambio, son fuente de grasas malas o saturadas que debemos consumir con muy poca frecuencia.
La preparación de platillos saludables —pero a la vez deliciosos— es una muy buena actividad familiar que además resulta divertida y, al final, favorece la salud.
Algunas muy buenas ideas de comidas que cumplen con esta característica son:
Como ves, muchos platillos tradicionales —que regularmente cocinamos en casa— son saludables si los preparamos de manera consciente y evitamos agregar altas cantidades de aceites, grasas y azúcares.
Igualmente, es importante encontrar variantes de preparación que sean guisadas o hervidas para dejar a un lado las frituras y sus consecuencias negativas para la salud.
¡Eso es todo! Si leíste hasta este punto, ya conoces qué hábitos necesitas incluir en la dieta familiar y cuáles comidas saludables conviene considerar en los menús de la semana.
Por supuesto, siempre ten presente que comer de forma saludable no significa saltarse comidas ni hacer grandes sacrificios imposibles de sostener en el tiempo: simplemente, es necesario alimentarse de forma equilibrada y priorizar productos y alimentos naturales que aportan los nutrientes que tanto necesita nuestro organismo.
¿Te resultó útil esta lectura? Si tienes dudas sobre la alimentación saludable o deseas compartir tus experiencias y puntos de vista relacionados con este tema, ¡no tardes en escribirnos en la sección de comentarios! ¡Te esperamos!