Cada persona anhela cosas distintas, desde viajar por todo el mundo o comprar una casa, hasta tener su propio negocio o fundar una asociación benéfica. Sin embargo, son pocos los que saben cómo el impacto de sus decisiones monetarias diarias puede afectar en el cumplimiento de sus metas, ya sean a corto, mediano o largo plazo.
Es por esto que la educación financiera para jóvenes se ha vuelto tan relevante, pues sin importar para qué tomamos nuestras elecciones, estas se ven reflejadas en nuestras finanzas directa e indirectamente.
Como padres de familia, tenemos la responsabilidad de ofrecer herramientas para que nuestros hijos empiecen por el camino de unas eficientes finanzas personales.
¿Te parece complicado? ¡No te preocupes! No necesitas ser un experto contable o un financiero de profesión para lograrlo.
En este artículo te compartimos 7 consejos que necesitas para ofrecer una educación financiera para jóvenes efectiva y sencilla.
¡Vamos!
Quizá no está de más recordar que la educación empieza en casa, puesto que los padres son los primeros ejemplos a seguir de los niños.
Si sueles hacer compras impulsivas, no tener límites en tus gastos o no recordar a donde fue tu dinero, explicarle a tu hijo sobre la importancia de la administración financiera puede volverse un poco más complicado, ya que ellos toman de ti esas pautas.
Empezar a poner en práctica el crear un presupuesto, establecer cantidades de ahorro y controlar los gastos, fomentará en los niños la pregunta clave: ¿de verdad necesito lo que quieren comprar?, ¿qué tanto afectará el dinero que tengo?
Es cierto que en la escuela nos enseñan a contar y sumar, pero eso no es suficiente para hacer conciencia del manejo responsable de nuestro dinero, por eso es sumamente importante hacerles saber a nuestros hijos desde pequeños cómo administrarse financieramente.
Muchas veces, como adultos, creemos que las pláticas sobre dinero no son comprensibles para los niños, sin embargo, eso depende de nosotros.
El dinero es una herramienta cotidiana, por lo que no presentárselo a los niños como algo natural puede ocasionar que a la larga no comprendan por qué es tan importante cuidar de él.
Los niños son mucho más inteligentes de lo que aparentan, y de lo que creemos. Comenzar a hablarles de dinero desde que son pequeños produce grandes beneficios para que no se conflictúen cuando deban tomar decisiones importantes una vez que crezcan
Seguramente has escuchado esta frase, ¿no es así? Lo cierto es que es muy atinada, pues hace referencia a que se ha logrado contar con el dinero que se tiene tras mucho esfuerzo y compromiso.
Este punto va muy de la mano con el anterior, ya que es importante explicarle a nuestros hijos que el patrimonio que construimos para ellos no es tan sencillo de montar como acercarse al cajero y esperar que nos dé el dinero que necesitamos.
Parte de la educación financiera es hacer consciencia de que el podernos dar un gusto es por nuestro trabajo día a día, y que los gastos se deben elegir con cuidado ya que los tenemos gracias al sacrificio que hacemos por ellos.
Para que los niños conozcan el verdadero valor del dinero, puedes proporcionales una mesada. Esto les generará al hábito de utilizar con responsabilidad la cantidad que reciben, pensarán mejor sus compras y, lo más importante, se darán cuenta de que el dinero no es infinito, pues sabrán que no tendrán más hasta el siguiente mes y que habrá que priorizar consumos respondiendo con más seguridad si realmente necesitan realizar ciertos gastos o solo son caprichos.
Ya sea que decidas que el pago sea una vez al mes, o a la semana, este ejercicio tiene un efecto realmente positivo tanto como método para ahorrar dinero como para la administración de este.
¡No te olvides de la tecnología! Una de las formas más didácticas y efectivas para que los niños presten atención a las ventajas, y posibles obstáculos, de la gestión financiera, es utilizando aplicaciones móviles diseñadas especialmente para ofrecer educación financiera para jóvenes.
Existen ya muchas opciones en el mercado, por lo que podrás elegir aquella que se acomode mejor a las dinámicas que quieres que tu hijo aprenda.
También puedes apoyarte de juegos de video online, videos o videojuegos. Muchos de ellos utilizan conceptos básicos de ahorro y manejo de ingresos, lo que proporcionará perspicacia a tu hijo cuando se enfrente a estas disyuntivas en la vida real.
Además, ¡qué mejor que aprender jugando! Solo verifica que sean aplicaciones calificadas como seguras por las tiendas y los usuarios.
A medida que los niños van creciendo se van acercando cada vez más al mundo financiero y empiezan a imaginarse lo que les gustaría ser de grandes. Dependiendo la edad de tus hijos, quizá te sea conveniente considerar abrir una cuenta de ahorro.
La mejor forma de instruirlos en una institución bancaria es teniéndote cerca. Abrirles una cuenta de ahorro con la confianza de que estarás ahí para resolverle cualquier duda, fomentará su seguridad en la toma de decisiones financieras, además de que empezarán a interactuar con el dinero de una forma distinta a la que ya conocían.
Aquí empezarán a conocer sobre los movimientos, los intereses, las tasas y, lo más importante, sobre los préstamos bancarios en dado caso de que su sueño sea ser empresarios y necesiten dinero para su negocio inicial.
Es sumamente importante que los niños entiendan que no deben hacer caso a todo tipo de publicidad, así como no es necesario tener todos los productos del mercado.
La próxima vez que vayas de compras o quieras dar un paseo en la plaza, puedes tomarlo como ejercicio para enseñarle a tus hijos cómo realizar compras responsables, creando un presupuesto para la situación, identificando los gastos necesarios, priorizando compras y administrando el dinero de acuerdo a los límites ya establecidos en el presupuesto.
¡Ahí los tienes!
¡Esos son los 7 consejos que necesitas para ofrecer una educación financiera a tus hijos! Y no es nada difícil ponerlos en práctica.
Si ya has seguido estos consejos, o crees que nos hizo falta uno, te invitamos a que nos cuentas más en el área de comentarios. ¡Te leemos!