Con seguridad todos alguna vez hemos escuchado hablar de la ley de atracción. Para los incrédulos, no es más que una tontería; mientras que para aquellos que la apoyan, dudar de ella, haciendo una analogía religiosa, equivale a una blasfemia o herejía.
La ley de atracción suele utilizarse con diferentes objetivos. Sin embargo, la estabilidad económica y el amor son las misiones más comunes que solemos imponerle.
Para despejar las dudas que puedas tener sobre la ley de atracción, y cómo influye en tu buena o mala fortuna, te voy a contar en qué consiste esta creencia, razones que descartan su veracidad científica y cuatro formas de ahuyentar la mala suerte y atraer lo que deseas sin recurrir a la superstición.
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Es una teoría que carece de base científica y se sustenta en la creencia de que la energía que transmitimos, positiva o negativa, regresa a nosotros como una especie de búmeran, transformada en los sucesos buenos o malos que nos ocurren diariamente.
En otras palabras, según la ley de atracción, si pensamos que conseguiremos un buen empleo, una promoción o ganaremos la lotería, entonces nuestra mente generará energía positiva que nos hará alcanzar nuestro propósito.
Aunque hay infinidad de personas que defienden la veracidad de la ley de la atracción, la realidad es que esta teoría, en la práctica, no cuenta con ningún basamento científico. Estas son algunas razones que la descartan como algo científicamente aceptable.
Como señalamos en el segmento anterior, la ley de atracción no tiene un fundamento científico y se basa meramente en las creencias de las personas.
En el mejor de los casos, es una pseudociencia metafísica cuyas conclusiones se sustentan en meras suposiciones.
La ley de atracción indica que, para que suceda lo que deseamos, debemos actuar como si ya lo hubiéramos conseguido porque, de lo contrario, estaríamos dudando de que sucederá lo que deseamos y esto es negativo para cumplir nuestro propósito.
Sin embargo, en esta teoría falta la acción y el trabajo que implica ir superando metas para alcanzar el objetivo y, por lo tanto, tampoco hay una constancia.
La realidad es que los pensamientos meramente no son suficientes para lograr nuestras metas.
No existe un plan para alcanzar los objetivos porque se supone que la manera de hacerlo es actuar como si ya los hubiéramos logrado.
No se proponen plazos y todo está en manos de algo que no podemos controlar y sujeto a cualquier duda o pensamiento negativo que pueda estropear el logro de nuestro objetivo.
Según la ley de atracción, si queremos alcanzar nuestro objetivo no puede haber cabida para los pensamientos negativos y los desafíos son considerados como tal, por lo que debemos evitarlos.
Sin embargo, para los seres humanos los desafíos son importantes para mejorar profesional y personalmente.
Quienes creen en esta ley están convencidos de que sus pensamientos son responsables absolutos del éxito o fracaso en el logro de sus objetivos, sin tomar en cuenta la factibilidad o no de estos.
La ley de la atracción asegura que la razón para que nos sucedan cosas malas es que tenemos pensamientos negativos.
Por lo tanto, somos 100% responsables de cualquier cosa mala que nos suceda, como por ejemplo enfermarnos, sufrir un accidente o ser víctimas de la delincuencia.
Según esta ley no existen objetivos poco realistas o inalcanzables.
En tal sentido, ser perfectos es solo cuestión de pensar e imaginar que lo somos, olvidando por completo que no existen personas perfectas, pues la imperfección es una condición naturalmente humana.
La ley de atracción tiene un efecto placebo, es decir, que aunque realmente no tenga ninguna eficacia, quienes crean en ella están convencidos de que lo bueno o malo que les ocurra dependerá únicamente de sus pensamientos negativos o positivos, perdiendo de vista la importancia que tienen la planificación, el trabajo y la constancia para conseguir las metas.
Si bien ya te hemos dado 9 razones por las cuales la ley de atracción no es más que una creencia o superstición sin base científica, existen algunas acciones que sí podemos poner en práctica para ahuyentar la mala suerte y lograr los objetivos que nos propongamos.
¿Contradicción? No, es simplemente realizar acciones simples pero determinadas para conseguir lo que queremos, que al fin de cuentas no son más que objetivos para llegar a una meta.
Haz una lista de todas las cosas que deseas conseguir, planifica la forma de hacerlo y ponte un tiempo para lograr cada una de ellas.
Esto te ayudará a destinar a cada una el tiempo, los recursos, la dedicación y la motivación necesaria.
Si bien no son el único factor que te ayudará a lograr tus objetivos, los pensamientos positivos y la actitud optimistas te impulsarán a transitar el camino necesario para lograr tus metas.
Si se trata, por ejemplo, de un bien material como una casa, un auto, algún estudio de postgrado o unas vacaciones soñadas, sin duda tendrás que hacer algunos ajustes a tu presupuesto y destinar parte de tus ingresos al ahorro o a la inversión.
También es importante que te plantees objetivos factibles y acordes con tu capacidad financiera.
Pensar positivo, utilizar un amuleto de buena suerte y planificar ayuda no es suficiente para tener éxito. Para alcanzar los objetivos es necesario esforzarse y trabajar.
Si, por ejemplo, deseas bajar de peso, es necesario que comiences a consumir una dieta balanceada, visites a un especialista y realices diariamente una rutina de ejercicios.
¡Llegamos al final!
Ahora que sabes que la ley de atracción no tiene una base científica y se sustenta solo en las creencias de las personas, te invitamos a leer el artículo: 5 formas de atraer la buena suerte comprobadas por la psicología. ¡Te aseguro que te encantará!