La educación financiera gira en torno a la capacidad de comprender aspectos básicos de administración del dinero que permitan optimizarlo, mantener la estabilidad económica e incrementar la riqueza.
Contrario a los que algunas personas piensan, este tema no es exclusivo de grandes inversionistas, economistas, corredores de bolsa y otros profesionales, sino que es algo que les compete a todas las personas, especialmente a quienes son cabeza de familia.
Entonces, la educación financiera mezcla conocimientos y la habilidad de aplicar los mismos para cuidar del presupuesto, disfrutar de prosperidad y construir un sólido patrimonio.
Ahora que comprendes de qué trata este factor y lo relevante que es para todos, prepárate para conocer los mejores consejos de gestión y administración financiera.
¡Sigue leyendo!
El ahorro es uno de los temas fundamentales de la educación financiera, ya que es sinónimo de estabilidad.
Si luego de cada mes reservas un poco de dinero para el futuro o para proyectos importantes, como la universidad de tus hijos, ¡grandioso! ¡Lo estás haciendo muy bien!
Uno de los tips para ahorrar que siempre debe seguirse es realizar un presupuesto, que contemple tantos gastos fijos como variables, y hacer todo lo posible para cumplir con él.
También, puedes tomar en cuenta métodos para ahorrar dinero más organizados y con proyección a largo plazo, como las administradoras de fondos de retiro (afores), por ejemplo.
La buena gestión financiera se basa en el conocimiento y en los planes sólidos y coherentes.
Recuerda que el dinero es un recurso que se agota rápidamente, por lo cual no debes manejarlo de forma improvisada y sin ningún tipo de planificación.
Además, para generar riquezas y disfrutar de prosperidad necesitas cumplir con determinados pasos y tener muy claro qué necesitas lograr y conseguir en el camino.
Todo esto nos dice que fijar metas y objetivos específicos y concretos es uno de esos consejos de educación financiera que no pueden quedar fuera.
Al tener claro a dónde quieres llegar, orientarás todas tus acciones, estrategias y esfuerzos a ello, posibilitando el éxito.
Entre esas metas que te puedes trazar es obtener dinero para tu negocio vía financiamiento, adquirir bienes de valor y diversificar tu cartera de inversiones.
Invertir, al igual que ahorrar, es sinónimo de estabilidad financiera y de pensamiento a futuro.
Sin embargo, está claro que no siempre es fácil hacerlo, pues se necesita de liquidez o de acceso a financiamientos y créditos.
En caso de que cuentes con alguna de estas posibilidades, anímate a invertir y piensa muy bien en qué puedes hacerlo.
Entre esas opciones destacan los bienes raíces, debido a que no suelen depreciarse y, además, representan una importante posesión para el patrimonio.
Por otro lado, comprar una casa o departamento cómodo y de gran valor contribuirá con la calidad de vida de tu familia.
La educación financiera tiene muy presente a los créditos y financiamiento, ya que, sin duda, representan una muy buena oportunidad de crecimiento y generación de riquezas.
Sin embargo, esto no significa que siempre convenga acceder y aceptar estos instrumentos financieros, pues todo depende de las condiciones del contrato o negociación, de la capacidad de pago y del objetivo de inversión del dinero.
Como ya sabes, hay áreas y sectores en los que suele ser muy conveniente invertir, como los bienes raíces, así que aceptar un crédito para este fin valdría la pena.
También, es importante evaluar las características de las oportunidades y esquemas de financiamiento.
Los porcentajes de intereses, los plazos de amortización, los gastos administrativos y los lapsos de pago son algunos de los factores a analizar independientemente de si se trata de créditos personales, financiamientos corporativos, préstamos personales o cualquier otra opción.
Ya que hablamos de créditos, es importante destacar la importancia de pagar tus deudas a tiempo.
Acumular tus obligaciones financieras, además de generar desorden en tu presupuesto o ingreso, es sinónimo de cargas económicas y gastos extra, producto de penalizaciones e intereses.
Si tienes muchas deudas que asumiste meses o años atrás, es importante que te organices y que te enfoques en salir de estas cuanto antes, aunque represente un gran sacrificio.
El esfuerzo que harás en este tiempo para ponerle al día te permitirá alcanzar la estabilidad en el futuro cercano y sentar las bases para realmente utilizar tus ingresos para construir una vida financiera saludable y un amplio patrimonio.
Los consumidores de hoy somos privilegiados, pues tenemos oferta a una amplia oferta de productos y servicios. Artículos que se modernizan cada año, bienes procedentes de otros países… Son muchas las opciones que tenemos a nuestro alcance.
Pero, esto no quiere decir que debamos comprar todo lo que se nos atraviesa, pues esto afectaría nuestras finanzas y difícilmente disfrutaríamos de liquidez para ahorrar e invertir.
Ante esta realidad, como usuario y consumidor necesitas tener muy claro qué necesitas y en qué te conviene gastar.
Una vez establezcas estas prioridades, orienta tu consumo a estas, evitando impulsivas compras en Internet y gastos hormiga, entre otras cosas que impactarán negativamente tu presupuesto.
Lógicamente, mientras mayor sea tu volumen de ingresos, más oportunidades de crecimiento financiero tendrás.
En vez de meter todos los huevos en una misma canasta, diversifícate e intenta obtener ganancias de diferentes fuentes.
Por ejemplo, si tienes un negocio puedes ampliar su cartera de servicios o asociarte con una empresa afín, explorando un nuevo segmento de mercado.
También, es importante que dentro de las familias no solo una persona sea la fuente de ingresos. Por eso, aquella persona que se dedica mayormente a las tareas del hogar puede buscar alternativas de trabajo y emprendimiento desde casa que le permitan aportar recursos al presupuesto familiar de manera flexible y cómoda.
Cada cierto tiempo, analiza qué has estado haciendo en cuanto a gestión del dinero para que así puedas encontrar áreas de mejora y detectar problemas y fallas a tiempo.
Si haces una inversión, evalúa constantemente su rentabilidad y los resultados que te está dando.
Vigilar el retorno de inversión es fundamental para proteger tu dinero y el tiempo y esfuerzo invertido en un determinado proyecto o plan.
Si haces una inversión de gran escala, no dudes en asesorarte con profesionales que te guíen y valoren el rendimiento de manera frecuente.
En el mundo del consumo, el concepto de calidad-precio nunca pasada de moda. Si bien los usuarios se ven motivados por nuevos aspectos, como la conciencia ambiental y la cercanía de las marcas, este factor sigue siendo de gran importancia a la hora de tomar una decisión de compra.
Como consumidor, tener muy presente este elemento te garantizará, al final del día, que utilices de forma correcta tu dinero y que protejas tus inversiones. La esencia es sencilla: se debe intentar priorizar aquellos servicios y productos que combinan altos índices de calidad con precios accesibles al bolsillo.
Recuerda que, como dice el dicho, "lo barato sale caro", por lo cual comprar la alternativa más económica no siempre es la mejor opción. Es mejor adquirir un producto ligeramente más costoso, pero que también sea funcional, de mejor calidad y que dure una mayor cantidad de tiempo. Si algo te dura más no tendrás que invertir frecuentemente en reponerlo o arreglarlo, y estarás disminuyendo tus gastos.
Por otro lado, por supuesto, tampoco debes comprar un bien simplemente porque sea el más caro, pues esto no significa, necesariamente, que sea el mejor ni que realmente sus funcionalidades valgan cada centavo invertido.
Sí, este consejo también es de educación financiera, ya que va más allá de cuidar tu salud y la de tus seres queridos.
Los seguros médicos, especialmente los de gastos mayores, también ayudan a proteger el bolsillo y las finanzas familiares.
Gracias a ellos, tendrás la garantía de que no deberás sacar dinero de tus ahorros y tu bolsillo cuando tú o alguno de tus familiares necesiten una intervención médica de alto costo.
Con ello, simplemente deberás pagar las primas mensuales y anuales del seguro, algo que puedes planificar y que no representa un gasto imprevisto que pueda poner en jaque tus finanzas.
Unos de los consejos de educación financiera es, lógicamente, tomar en cuenta la educación financiera.
Mientras más conozcas acerca de este tema y más tips claves tengas en mente, mejor gestionarás tu dinero y presupuesto.
Esto no quiere decir que debas estudiar una extensa carrera universitaria en economía o realizar cursos especializados.
Si consideras que no tienes tiempo para capacitarte formalmente o, simplemente, no es una de tus prioridades en estos momentos, ¡no te preocupes!
En ese caso, aprovecha Internet y materiales como este para conseguir información clave, fundamentada y confiable sobre la gestión y planificación financiera.
Todo conocimiento extra relacionado con las finanzas y la economía le vendrá muy bien a tu vida y la de tu familia.
Algunas personas, cuando reciben una nueva tarjeta de crédito, no pueden resistirse y comienzan a utilizarla constantemente, incluso para el consumo de bienes esenciales.
Esto no es del todo favorable, ya que estarás acumulando una deuda que, si bien podrás pagar de forma fraccionada (pagos mínimos mensuales), representarán una carga extra para tus finanzas.
Además, en muchos casos las compras con tarjeta de crédito y a plazos se traducen en intereses, lo cual quiere decir que estarás pagando un monto más elevado por los artículos y servicios.
Otro factor negativo es que, al comprar con tarjeta de crédito, no tendrás conocimiento real del saldo de dinero a tu favor y, en consecuencia, de la capacidad y el margen que tienes para gastar, algo que sí sucede cuando se utilizan tarjetas de débito.
En conclusión, utiliza tarjetas de crédito para gastos elevados y realmente indispensables, que no puedas costear con el dinero disponible en tus cuentas.
También, empléalas en casos y promociones que no representen intereses elevados y, sobre todo, analiza siempre que luego de adquirir el bien o servicio puedas cumplir, al menos, con los pagos mínimos mensuales.
De hecho, si puedes pagar montos más elevados que los mínimos, ¡mejor! Esto significa reducción de intereses y, en consecuencia, del monto total de la deuda.
Los gastos relacionados con el ocio muchas veces no agregan valor a nuestras vidas y representan una gran carga financiera.
Con esto no quiero decir que tú y tu familia deban dejar de divertirse, pero sí que vale la pena intentar buscar alternativas económicas para hacerlo, que no impacten de gran manera el presupuesto.
Por ejemplo, si acostumbras ir al cine cada semana, puedes hacerlo con menor regularidad y, en su lugar, ver películas en casa y en familia. Aunque parezca un cambio mínimo, con el paso del tiempo se convertirá en un importante ahorro.
También es importante que sustituyas, al menos en unas pocas ocasiones, las comidas en restaurantes o por pedido a apps de entrega, por preparaciones deliciosas hechas en el hogar y en familia.
¡Ya sabes! Si quieres disfrutar de estabilidad y garantizarle una vida próspera a tu familia, sigue estos valiosos consejos de educación financiera al pie de la letra. ¡Tú puedes lograrlo!
Se trata de pequeños cambios que puedes hacer en la gestión del dinero y que, sumados, pueden darte grandes resultados y cambiar tu vida de manera positiva para siempre.
Como ves, muchos de estos cambios están asociados con la disciplina, la organización y el pensamiento a futuro.
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